JESÚS VERGARA MORRIS Y LA FOTOGRAFÍA EN EL SUR DE LA COSTA PERUANA


El primer ómnibus de Camaná. 1931

Si tenemos que hablar de fotógrafos peruanos de la primera mitad del siglo XX, los nombres de Max T. Vargas, Martín Chambi o los hermanos Vargas entre otros, son referentes ineludibles para cualquier persona entendida en la materia. Tienen en común un singular sentido artístico además de que todos ellos desarrollaron su importante producción fotográfica en la grandiosa sierra peruana, transmitiéndonos cada uno a su estilo las diferentes características de sus respectivas sociedades.

Jesús Vergara Morris
Pero si hablamos de fotografía en la costa sur del Perú, difícilmente se encuentran archivos de la importancia y dimensiones de los antes mencionados; es por ello significativo el hallazgo de un archivo fotográfico considerable en la ciudad de Camaná, consistente en varios miles de placas negativas de vidrio, de papel y de plástico, además de un sinnúmero de fotos reveladas.
Nos referimos al trabajo de Jesús Vergara Morris (1901 -1965), quien a muy temprana edad dejó su natal Pisco para iniciar una aventura que lo llevaría a descubrir su vocación de fotógrafo en la capital. Allí aprendió el manejo de esas cajas mágicas que congelaban el tiempo y las técnicas de revelado y composición fotográfica.

Cosecha de arroz con inchacas. 1928
A mediados de la década de 1920 inició un recorrido por el sur peruano como fotógrafo itinerante. Así fue que a bordo de diversos barcos a vapor se iba trasladando de puerto en puerto y de pueblo en pueblo, adentrándose hacia los pueblitos de nuestra serranía, unido a una variopinta caravana integrada por comerciantes, adivinos y mercachifles. A Camaná llegó después de desembarcar en la caleta de Quilca y desde un inicio quedaría cautivado con sus apacibles parajes y la generosidad de su gente, hecho que lo estimuló a dejar atrás el trajín de los viajes y establecerse en este valle, convirtiéndose así en el primer fotógrafo que tuvo la ciudad. Instaló su estudio en una casa ubicada al borde del pequeño poblado que era entonces Camaná e inició su trabajo que, tal vez sin proponérselo, se prolongaría por cuatro décadas, dejando un importante registro de la sociedad camaneja de inicios del siglo XX y que constituye hoy el archivo fotográfico Vergara Morris.

Alcalde Pedro Llosa, abuelo de Mario Vargas Llosa  (con la mano alzada), junto con otras autoridades de la provincia de Camaná





Debido a los pésimos medios de comunicación existentes, Camaná carecía entonces de muchos adelantos que si tenían ciudades vecinas como Arequipa y Mollendo. Así dadas las circunstancias, el estudio no contaba con la sofisticación de los grandes estudios de la capital del departamento, por lo que el fotógrafo se tuvo que adaptar inicialmente a condiciones adversas como la falta de fluido eléctrico con grandes ventanales o realizando con frecuencia la fotografía de exteriores, aunque ya con el tiempo estas dificultades irían quedando de lado.

La cancha vieja

En noviembre de 1944 alternaría con el conocido fotógrafo arequipeño Guillermo Rodríguez Zaconet, quien expuso sus fotografías como parte de los festejos de la postergada conmemoración del Cuarto Centenario de la Fundación Española de Camaná, intercambiando conocimientos y experiencias.
El archivo fotográfico Vergara Morris constituye por sí mismo un invalorable documento histórico de este sector de la costa sur del Perú, que en expectante espera permaneció ignoto por muchas décadas y que se revela ahora importante, auténtico y cautivador a las actuales generaciones.

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